El creador de caminos

Era la tercera noche seguida en la que había llegado a ese camino misterioso. Aceitunita, así es como le llamaban de forma cariñosa, no sabía muy bien cómo había llegado hasta allí pero esta vez estaba convencida que podría avanzar por ese camino, ya que en las dos noches anteriores no lo había conseguido y apenas recordaba como había salido de allí.
Lo que verdaderamente le sorprendía de estas tres noches es que eran diurnas. El Sol iluminaba el momento con su luz y su energía.
—¿Dónde me encuentro? ¿Por qué sigo aquí y por qué hay tanta luz? —murmuró con ciertas dudas. Seguir Leyendo