Mis amigos los monos
Qué lejos quedan aquellos tiempos en los que los humanos eran animales de verdad y qué pena da ver en la especie en la que nos hemos convertido ahora. Aquellos tiempos en los que éramos peludos y en los que no articulábamos palabra alguna. Porque, seamos sinceros, algunos humanos que tienen la capacidad de hablar y comunicarse bien sabemos que no lo merecen.
Somos la gran mentira de la evolución de la naturaleza.
Sí, tengo complejo de mono y maldigo el momento en el que el primer Australopithecus se irguió sobre sus dos piernas prosperando en las sabanas arboladas de África aunque, éstos, no tienen culpa de nada.